Preocuparse por los demás hace caer las barreras que habitualmente son fuentes de inhibición en nuestra relación con ellos.
Cuando nuestras intenciones son buenas, todos nuestros sentimientos de timidez o de inseguridad se ven reducidos en gran manera.
A medida que somos capaces de abrir esa puerta interior, experimentamos igualmente una especie de liberación frente a la preocupación habitual por nuestro "yo".
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| justo antes de abandonar el hogar en pos de la salvación de la humanidad. Esto también lo podemos ver en el Cristo con su entrega amorosa |
Es muy notable que nuestra alegría mayor sobrevenga precisamente en lo referido a ellos.
Pero éso no es todo. Descubriremos también que las acciones altruistas no sólo provocan felicidad, sino que también minimizan nuestra experiencia del sufrimiento.
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