El Buda dijo que debemos someter completamente nuestras mentes. Hagamos lo que hagamos, para bien o para mal, es nuestra mente la que es el verdadero agente. En lo más profundo de nuestro ser, todos deseamos una cosa: queremos ser felices. No queremos sufrir. Pero debido a esto - este querer - las tres contaminaciones del deseo, la aversión y la ignorancia surgen, y el sufrimiento es lo que conseguimos. Es a causa de estas corrupciones que vamos acumulando acciones que nos impiden escapar del Samsara. Así que es importante desde el principio ver la diferencia entre una buena motivación y una mala. Nuestra atención debe ser nuestro maestro. Debemos examinar lo que es positivo y qué es negativo con atención plena. Si surgen pensamientos positivos, debemos estar de acuerdo con ellos. Si surgen pensamientos no virtuosas, debemos poner fin a los mismos. Una mente virtuosa es la fuente de la felicidad. Una mente no virtuosa es la fuente del dolor.
Dudjom Rinpoche.
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