arte de Ye Feng |
"Deseo saber si el Tao puede ser conocido con la reflexión o la meditación. Cómo podemos regular nuestra vida para acercarnos a él? Por qué senderos podemos alcanzarlo? Por tres veces repitió la misma demanda, y otras tantas, la Inacción no respondió, no ya porque no quiere responder, sino porque no sabe responder. La Ciencia, cuyo deseo no se apagó, se volvió hacia el sur, más allá del mar Blanco, traspasó la montaña de la indagación, vió a la Abstracción y le hizo las mismas preguntas.
"Yo lo sé -responde la Abstracción-; te explicaré.
"Mas apenas había comenzado a hablar, cuando de súbito olvido cuanto tenía intención de decir.
"La Ciencia, todavía ilusionada, marchó al Palacio imperial e hizo la misma pregunta a Huang-ti.
"¡No razonar, no reflexionar! Sólo entonces se comenzará a conocer el Tao. No fijarse en ningún lugar, no seguir ningún precepto. Sólo entonces se podrá llegar al Tao. Se alcanzará sin recorrer ningún camino determinado.
"Yo y tú -replica la Ciencia- pensamos asi; pero la Inacción silenciosa y la Abstracción no saben nada. ¿Quién tiene razón?
"La Inacción silenciosa -responde Huang-ti- está en la verdad; próxima a la verdad está la Abstracción; yo y tú estamos muy alejados, porque quien sabe no habla, y quien habla no sabe".
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