Los que se cargan o se agobian con cargas excesivas son los Shun. La cecina de cordero no ama las hormigas pero las hormigas aman la cecina de cordero. La cecina de cordero exhala su olor. Las obras de Shun exhalan también ese olor que agradaba al pueblo. Así tres veces tuvo que hacer el traslado de su capital y siempre se fue formando a su lado una gran población de un
tu (9.216 familias). Y cuando se trasladó al desierto de Teng le siguieron 100.000 familias. Yao, al enterarse de los talentos de Shun, le promovió sacándole de sus tierras vírgenes diciendo: Espero sacar muchos bienes de su venida. Shun pues, fue promovido de sus tierras vírgenes. Aun anciano, perdida ya la clarividencia de su inteligencia, no pudo volver a ellas a gozar de descanso. Esto es lo que se dice andar agobiado y atareado.
A los hombres espirituales les disgusta que las gentes acudan a ellos, y si acuden procuran no juntarse a ellos. Asi con nadie intiman mucho ni de nadie se apartan mucho. Abrazados a la Virtud y templados en la armonía, se conforman al mundo. Este es el hombre verdad. Al que es hormiga que no perciba el olor de cecina. Al que es pez, y ha quedado en seco, que logre el agua de sus anhelos. Al que es cordero que deje su prurito de atraerse a las gentes. Usar de los ojos para ver lo que se puede ver con ellos, usar los oidos para oir lo que pueden ellos oir y usar el corazón (la inteligencia) para repensar lo que él puede pensar. De esta manera se nivela y allana todo como a cordel y se ajusta a todas las vicisitudes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario