Dos monjes lavaban sus tazones en el río cuando vieron a un escorpión que se ahogaba. Uno de los monjes lo sacó con cuidado y lo puso sobre la orilla, pero el animal intentó picarlo y cayó nuevamente al agua. Otra vez, el monje trató de salvarlo y el escorpión le clavó su aguijón.
Entonces, el compañero le preguntó:
— Amigo, ¿Por qué continúas salvando al escorpión cuando sabes que en su naturaleza está picar?
— Porque — respondió el monje — salvarlo está en mi naturaleza.
(cuento zen)
No hay comentarios:
Publicar un comentario