El descanso es conducente a la curación del paciente.
Frotarse los ojos es un descanso para un anciano.
La tranquilidad puede curar a un hombre de su nerviosidad.
Empero, todas las actividades con que el hombre atareado se atarea son dejadas de lado por el hombre ocioso.
El hombre divino deja en paz aquello con lo cual el Sabio aterroriza al mundo.
El Sabio deja en paz aquello con lo cual el hombre prudente aterroriza al mundo.
El hombre prudente deja tranquilo aquello con lo cual el caballero aterroriza al mundo.
El caballero deja tranquilo aquello que el hombre corriente hace a fin de seguir las convenciones.
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