Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

13 mar 2013

"Tenemos que comenzar a aprender, y a hacer que lo que aprendemos se corresponda con lo que enseñamos".

Nosotros no somos en verdad unos seres dispares y en conflicto como comúnmente creemos, pues, ¿qué puede haber más allá de Dios? Y si nosotros, que lo contenemos a Él y a quien Él contiene, hacemos la totalidad de Su creación, todas las demás creencias tienen que estar entonces en donde no existe nada de nada.

Hemos, aún sin saberlo, enseñado esto durante toda nuestra vida, y, desde muy lejos en el universo, aunque no desde más allá de nosotros mismos, los testigos de esa enseñanza nuestra se han congregado una y otra vez para ayudarnos a comprenderlo totalmente. Y es por eso que decimos que la gratitud nuestra hacia esos testigos se ha unido a la de Dios, para fortalecer nuestra fe en lo que enseñamos, pues lo que enseñamos es la verdad de Él.

Si eligiésemos estar solos, nos estaríamos excluyendo a nosotros mismos de nuestra propia enseñanza, y de esa forma nos mantendríamos separado de ella y jamás la comprenderíamos. Pero unidos a los demás no podemos sino aprender que compartiendo con ellos es como nos enseñamos a nosotros mismos, y que aprendemos precisamente de cada una de las convicciones que compartimos con ellos.

El deseo de expresarnos sólo significa que estamos dispuestos a enseñar. Y si hemos elegido esto, hemos elegido también el hacer que lo que enseñamos sea comparable con lo que aprendemos. Esto, en principio pareciera ocasionarnos dolor, más, aprenderemos pronto a disponer del gozo que se desprende de todo ello, pues dicho gozo reside en el alumno, quien es quien se lo ofrece al maestro con gratitud y lo comparte con él. Y es por eso que a medida que vamos aprendiendo, nuestra gratitud hacia nuestro propio Ser, que es quien nos enseña lo que Él Mismo es, aumentará y nos ayudará a honrarlo cada día más.

Compartiendo nuestro gozo de agradecimiento con nuestro propio Ser es como nos damos cuenta entonces de infinito Su poder, de Su fuerza y de Su pureza absoluta, y por lo tanto le amaremos tal y como Su Creador le ama.

Su Reino no tiene límites, ni fin, ni hay nada en Él que no sea perfecto y eterno. Nosotros somos todo esto, y en ello no hay nada dispar, ni nada aparte que pueda ser lo que nosotros somos. Pues somos ese Ser y nada más que ese Ser.

Un abrazo muy devocional a todos…Baktha55

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