Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

29 oct 2013

La Eternidad del Relámpago


Aunque aquí-ahora vengan los grandes maestros, el mismo Buda, si tú no practicas es inútil. Si solamente te llenas la cabeza de libros, datos, ideas, tu sed seguirá, aumentará. Aquí y ahora está la fuente del Dharma, pero las trabas aparecen porque somos humanos y el 80 o 90% de nuestras trabas y dificultades las generamos nosotros mismos. Nos apegamos, las creamos nosotros mismos al pensar que necesitamos algo más, que algo nos falta. Pero aquí está la fuente.

El maestro Sawaki dijo: "Corran detrás de los fenómenos y permanecerán insatisfechos hasta la tumba".
Correr detrás de los fenómenos no tiene fin. Es como ese burro que corre detrás de la zanahoria que le han puesto por delante para que camine. También el maestro Sawaki contaba que en la Manchuria -donde hay trineos tirados por perros- para que los perros corran y hagan avanzar el trineo, en la punta de una vara larga les colgaban un pedazo de carne que les hacían olfatear, y así persiguiendo la carne tiraban del trineo. Cuando los hombres llegaban a destino, les daban la carne y los perros comían. Pero inmediatamente al tener que partir, corrían detrás de otro hueso, de otro trozo de carne.

Asi de semejantes somos los seres humanos: corremos detrás de los fenómenos, detrás de un sueldo. Cuando llega a fin de mes, lo comemos de un bocado. Corremos detrás de una teoría, de una ilusión y cuando esa ilusión se termina, se gasta, desaparece... entonces buscamos otra y empezamos a correr.
Pero esta fuente de sabiduría está aquí. Está siempre aquí. Uno puede preguntarse, ¿y por qué si está siempre aquí debemos practicar? ¿Por qué debemos sumergirnos una y otra vez?

Los maestros de la Transmisión lo señalaron con mucha claridad: "Sin práctica no hay realización".
E agua da la sabiduría, pero tú tienes que beber. Inclinarte y beber, practicar, porque sin práctica no hay realización, porque nadie puede ocupar tu lugar.

Tú no queres escuchar esto. Preferirías que te contase una linda historia acerca del Buda, algo entretenido, algo fresco para pasar el tiempo. No estoy aquí para entretenerte. No he venido para llevarte al teatro. Esta práctica conduce a las altas cumbres.

Practicar es importante. Día a día, de instante en instante, seguir la enseñanza de los maestros de la Transmisión. De otro modo, los fenómenos que atrapan, que tientan desde las vidrieras, desde el televisor, te manipulan y te envuelven en su red. Entonces crees que estás progresando, que estás mejor, que estás juntando un patrimonio. Pero la vida se ríe de todo eso. Se ríe de lo que tú llamas progreso y te ofrece las coas tal cual son.

Para alcanzar las altas cumbres es necesario tener buenas piernas, tener sed de despertar y tener un guía. Al mismo tiempo, si tú no colocas esa sed, esa energía en la dirección justa, los fenómenos te atraparán, te envolverán como una ola y te llevarán mar adentro.

Todos vamos a morir, más tarde o más temprano. Y a todos nos gustaría morir de viejos, ancianos. Pero es muy diferente ser un viejo lleno de achaques, confundido y rencoroso, que un noble anciano.

Tu futuro está aqui-ahora. Aqui-ahora puedes construir tu futuro. Tu muerte está aqui-ahora. Corran detrás de los fenómenos y permanecerán insatisfechos hasta la tumba. Y en la persecución de esos fenómenos hay desgaste de energía. agotamiento. Porque cuando logramos el objetivo, ese objetivo ya no nos satisface. Entonces buscamos otro nuevo.

En esa búsqueda, en esa persecución agotamos nuestra energía, nuestra juventud, corriendo detrás de cosas que no nos dan satisfacción, que no nos dan alegría. Pensamos que son buenas para nosotros, y tal vez lo sean. Pero la lucha, el esfuerzo, las tensiones, las frenadas y aceleradas, todo eso gasta tu energía. La vida se te va y los años pasan.

La Vía está aquí, bajo tus pies, bajo tu zafu, en este instante. En este instante está aqui la fuente del Dharma, pero nadie puede darte la sed. Y si estás aqui, siéntate tranquilamente en este asiento de Buda, en este mismo lugar, exactamente en el mismo en donde se sentaron budas y patriarcas. Porque no hay tiempo. Sí, ellos eran como nosotros somos ahora, y un buen día alcanzaron la iluminación. La Vía está bajo tus pies, bajo tu asiento. Siéntate tranquilamente en la mente de Buda.

No pienses "esto está bien, esto está mal".

Deja pasar los pensamientos. No especules, no trates de negociar. La vida se ríe de tus negocios, de tus búsquedas de provecho, de lo que tú llamas beneficios.

No debe tomar esta enseñanza como algo que se te quiere imponer. Tu vida es tu vida y puedes hacer lo que quieras. Tu vida es tu vida, no la mía.

La vida de los otros, aun la de los maestros, budas y patriarcas puede ser de algún modo una señal, una luz en el camino, mas sólo tú puedes hacer ese camino, ningún otro puede hacerlo. Pero mientras no dejes de correr detrás de los fenómenos, jamás encontrarás satisfacción.

La verdadera satisfacción, la auténtica, surge por si misma cuando toda búsqueda cesa. Cuando tú te sientas tranquilamente en la mente de Buda aqui-ahora. Cuando no piensas "esto está bien, esto está mal" y simplemente estás sentado en la mente de Buda. Entonces toda búsqueda cesa, y eso es plena satisfacción. Te vuelves persona completa, persona de la Vía.

Entonces, toda el agua de la sabiduría que viene, viene y viene como un caudaloso río, te alimenta, te nutre, sin que tengas que hacer nada especial, simplemente estando presente, sentado tranquilamente en la mente de Buda.

Un hombre va hasta el borde la piscina y salta, entra al agua y en un instante todo su cuerpo se moja. De inmediato, instantáneamente. No existe primero un entrar y después mojarse: eso es junto, inmediato. Del mismo modo, el sentarse en zazen es despertar.

En el Shinjin Mei, el maestro Kanchi Sosan nos dice que debemos tener "Fe en zazen".

Cuando uno escucha esta palabra -la palabra fe- inmediatamente viene a nuestra memoria el tema religioso. Y a algunos les agrada y a otros no. Se piensa en los beatos, en los santurrones, en los rituales. Pero la fe en zazen de la que habla el maestro Sosan, no tiene que ver con la religión. tiene que ver con la confianza, con tener fe, con confiar.

Hace poco estuve en un club deportivo, y desde una pequeña terraza veía a las personas que nadaban en una piscina. Algunas salataban y se zambullían, iban hasta el fondo y volvían a salir. Otros nadaban de pecho, de espalda, otros hacían la plancha, y pensé: todas estas personas tienen fe, verdadera fe.

No una fe santurrona sino verdadera fe, fe en el agua, en que pueden hundirse y volver a salir. Tienen fe en si mismos y en el agua que los sostiene. Si no tuvieran fe se ahogarían.

Cuando no se tiene fe, confianza, surgen las tensiones, el miedo, el cuerpo se crispa. La falta de fe produce tensión, la tensión dolor y el dolor sufrimiento.

Por eso, tener fe en zazen no tiene nada que ver con ser o no religioso. Es confiar en ti, confiar en él. Saber que zazen te contiene. Entonces puedes nadar en él, jugar en él, estar en él. Sentarte tranquilamente en la mente de Buda sin hacer nada especial y simplemente relajarte, entregarte, dejarte llevar por la corriente de la sesshin, por el espíritu de la práctica.

Pero si tú te resistes, tienes ideas, entonces el cuerpo se tensa, se cansa. Si te tensas, corres el peligro de ahogarte y la Vía deja de existir para ti. Tener fe en zazen es tener confianza en la vida, confianza en el propio si mismo. Porque más allá del dinero que puedas tener, de la posición social que puedas ocupar, de las ideas que puedas concebir, más allá de todo eso estás tú, tu si mismo.

Si en algún momento te vieras despojado de todo, en una isla desierta, en el pico de una colina, solo, despojado de todos tus bienes, de tus ideas; despojado incluso de tu nombre, de tu apellido familiar... entonces siempre quedarás tú. Tú, completo si mismo. Este si mismo está aqui-ahora en zazen, más allá de las palabras, de las categorías, de las posiciones sociales o económicas, más allá de toda lucha.

Tú existes aqui-ahora. Porque tú no eres un apellido o una cuenta de banco, tú eres esencialmente si mismo.

"El vaquerito lleva sus vacas al río,
pero ellas deben beber por si mismas".

No hay que hacer nada especial. Simplemente tener sed. Si tienes sed, verdadera sed, aqui está el agua. Entonces puedes quedarte completamente tranquilo, sentado, seguir la corriente, el ritmo de la sesshin y tratar de oponer la menor resistencia. Eso lo saben muy bien los que han aprendido a nadar. No ofrecen resistencia, aprovechan el fluir de la corriente. Aquellos que no saben nadar, tienen miedo, se resisten, se tensan. Procura no resistirte, aprovechar la corriente de esta fuente de sabiduría.

Porque así como un hombre antes de sasltar al agua está seco y al salir está mojado, esa humedad en la piel tarda todavía un buen tiempo en secarse. Así este zazen, esta sesshin penetra, se queda un tiempo contigo.

Jorge Bustamante

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