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El desesperado pedido del papá de un adolescente autista encendió la alarma. A través de la plataforma www.change.org, Marcos Goldschmidt, subió una petición: unas Fiestas sin pirotecnia para que su hijo, Ezequiel, pudiera celebrar en paz. “Soy Marcos, y se acerca la época más horrible para mí y mi familia: las Fiestas. Mi hijo, Ezequiel, es autista y se asusta mucho con las explosiones de los fuegos artificiales. No hay lugar de la casa en donde se pueda proteger, porque se escuchan desde todos lados”, dice la primera parte del pedido.
Durante unos días no obtuvo más que unas decenas de firmas, pero se propagó por los medios de comunicación y la redes sociales, y en los últimos días ya sumaba más de 50.100 apoyos.
Cuando se habla de pirotecnia siempre se hace referencia al sufrimiento de los animales, especialmente, al de los perros. Pero poco se sabe de lo que les ocurre a los niños autistas.
“Una de las características de este trastorno son los déficit sensoriales. La sensibilidad auditiva es una de las que se ve más alteradas”, explicó Diego Tarkowski, psicólogo y director ejecutivo de la institución San Martín de Porres, que trabaja con niños autistas en Yerba Buena. Al contrario de lo que muchos suponen, las personas autistas perciben todo lo que sucede en el entorno.
Por esa razón, el tema de los ruidos es sumamente importante. “Sus oídos son muy sensibles. Por eso, generalmente se tapan muy fuerte, tienen crisis de llanto, berrinches o hasta llegan a autolesionarse. Toman una posición agresiva para comunicar que los ruidos les molestan”, explicó Myriam Molina, presidenta de la fundación ANIA (Ayuda para Niños con Autismo).
Por lo general, al llegar esta época del año, los padres toman medidas para proteger a sus hijos de la pirotecnia. “Conozco muchas familias que para las Fiestas se van al campo o a algún lugar alejado”, comentó Molina. Es que, en una ciudad donde los sonidos molestos forman parte de la vida cotidiana, tratar de mitigarlos o de aislarse de ellos se convierte en un problema.
No hay cifras oficiales en Argentina que permitan saber cuántos niños autistas hay; los datos llegan desde Estados Unidos, donde todos los años se realizan relevamientos epidemiológicos. “Se considera que uno de cada 88 niños en ese país nace con autismo. Es el segundo presupuesto en salud (tratamientos e investigación), después del cáncer”, precisó Tarkowski. Poco se sabe sobre las causas de este trastorno, pero desde los años 70 la cantidad de personas que lo padecen ha ido creciendo.
La pirotecnia no es el único problema, cuenta Myriam. “No podemos ir a un recital; cuando cantamos el cumpleaños feliz no aplaudimos; hasta los globos son un problema, porque en cualquier momento pueden reventar; evitamos reuniones multitudinarias...”, enumeró la presidenta de ANIA.
Conciencia
Quizás prohibir o erradicar el uso de la pirotecnia sea una empresa imposible por ahora, pero al menos la campaña sirve para concientizar a los argentinos. Así lo piensan Tarkowsky, Molina y hasta Goldschmidt, el papá de Ezequiel quien expresó su sorpresa al ver la gran adhesión de la gente a su pedido. “No vamos a cambiar las costumbres porque es la forma de festejar que tienen muchas personas, pero somos conscientes de que eso les hace daño a nuestros hijos”, agregó Molina.
Los perros son los que más sufren, por eso necesitan un refugio y compañía
Lo ideal sería que la mascota pudiera asociar que el ruido de los fuegos artificiales no es una amenaza concreta contra su integridad. Para eso - explica el veterinario Luis de Chazal- habría que hacer un trabajo que lleva su tiempo y que tiene como objetivo modificar la conducta de la mascota. “Ellos tienen un instinto que los lleva a querer protegerse cuando escuchan un sonido fuerte, una explosión. Por lo general buscan meterse debajo de algo o se van al baño”, comentó. Si bien hay drogas que puede tranquilizarlos, no funcionan en todos los perros. “Hay opciones más naturales como la homeopatía o un comprimido de melatol que también pueden ayudar”, explicó el especialista. De Chazal advirtió que también es bueno que el perro tenga un refugio, por ejemplo, un sótano o un lugar cerrado, y que esté acompañado por alguien mientras duras las explosiones. “Obviamente, lo mejor sería que no existiese la pirotecnia o que estuviese prohibida. De esa manera no habría de qué preocuparse”, reflexionó el veterinario.
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El director de Defensa Civil de la Municipalidad capitalina, Oscar Terraza, enumeró estas recomendaciones para evitar accidentes cuando se maneja pirotecnia.
- Los fuegos artificiales deben ser comprados en lugares habilitados por la Dipsa y por Defensa Civil.
- La venta callejera está prohibida; nunca hay que llevar a casa productos adquiridos en la calle.
- Los cohetes no deben ser colocados en los bolsillos.
- Los menores no deben encenderlos sin la supervisión de un adulto.
- Los globos están prohibidos porque pueden ocasionar incendios.
- No hay que hacer detonar cohetes dentro de envases (botellas, cacerolas, etc) ni en el interior de las viviendas.
- Si el producto demora en estallar no hay que acercarse ni intentar prenderlo de nuevo.
- Tampoco hay que sostener en la mano más de un cohete por vez.
- La venta a menores de 16 años está prohibida.
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